¿Debo tener este cuerpo? Soy esclavo de mi imagen. Mi imagen: ¿Atrapada sin remedio? ¿A quién no le han llegado vídeos de personas que ofrecen tips para cuerpo ideal, consejos para adelgazar rápidamente, recetas para tonificar nuestro cuerpo, claves para mantener la belleza, y una gran lista de etcéteras…? La tecnología nos ha traído grandes avances y facilidades, pero más allá de eso también hay una parte preocupante; la esclavitud de la imagen, el “¿debo tener este cuerpo porque si no es terrible?”.
Mi imagen.
La “esclavitud de la imagen” es un término que se refiere a la presión constante que se enfrentan algunas personas por mantener una imagen perfecta, lo cual supone un gran esfuerzo y trabajo que puede llegar a afectar en su bienestar.
Resulta que hoy en día dependemos de nuestros móviles, nos los llevamos a todas partes y estamos constantemente influenciados/as por lo que buscamos y nos encontramos. A veces vemos publicaciones de modelos, personajes famosos/as, influencers… y podemos sentir envidia, o no, pero de alguna manera sabemos que no todo es real y tan fácil.
La realidad es que vivimos en una sociedad obsesionada por la apariencia y la imagen, y que muchos/as de los/as jóvenes tienen como referencia a personas que aparentan estar siempre “perfectas”. Esto mismo genera en ellos/as una presión social para alcanzar estándares de belleza que realmente son inalcanzables, así como repercusiones negativas en consecuencia.
Las repercusiones pueden ser tanto físicas como psicológicas, ya que muchas personas se sienten constantemente insatisfechas con su apariencia y acaban desarrollando una baja autoestima, insatisfacción corporal, pérdida de tiempo y energía, e incluso trastornos alimentarios como la anorexia y la bulimia. Todo ello, en un intento desesperado por alcanzar los ideales de belleza que tienen como meta.
Atrapados sin remedio
La gran mayoría de personas que siguen a influencers y modelos, que son influenciadas por las redes sociales como Tik Tok e Instagram, son los/as adolescentes de nuestras casas. Con una escasa conciencia de la realidad, con una estimulación continua de mensajes aparentemente “fáciles de seguir”, como si se tratara únicamente de eso, les lleva a intentar controlar hábitos, generar nuevas rutinas, ponerse objetivos…
Dos estudios
En esta línea, un estudio de revisión sistemática llevado a cabo en 2023 sobre el uso de redes sociales y factores de riesgo para el desarrollo de trastornos alimentarios, encontró que en la población española, el uso de Instagram destaca por su relación con insatisfacción corporal, impulso hacia la delgadez y mayor tendencia a la comparación social.
Por este lado, un estudio internacional llevado a cabo en 2023 con más de 63.000 niños/as y adolescentes de 16 países concluyó que un 22% tiene conductas de riesgo que podrían terminar en un trastorno de la conducta alimentaria. Según el mismo estudio, las mujeres tienen más probabilidades de sufrir un trastorno alimentario, con un 30% frente al 17% de los varones.
Además, según es indicado en la investigación, estas conductas también son frecuentes en personas con un índice de masa corporal (IMC) alto, “tenemos la imagen preconcebida de que esto es algo que sólo afecta a personas con delgadez, por lo que las personas con exceso de peso se quedan fuera del radar”.
Por lo tanto, es importante reconocer que una preocupación constante y excesiva por la imagen puede tener un impacto negativo en nuestra autoestima y bienestar emocional.
Prevención
Para prevenir este tipo de consecuencias, es fundamental favorecer una cultura de aceptación a todo tipo de rasgos faciales y corporales, pues no hay dos personas iguales ni el tener un rasgo u otro hace ser más valioso/a. Debemos tener presente que lo que vemos en las redes sociales y los anuncios no es necesariamente real al 100%, y que la verdadera belleza y valía personal va más allá de la apariencia física.
Finalmente, es importante lograr un equilibrio y priorizar el bienestar mental por encima de la búsqueda de una imagen perfecta. Desarrollar una autoimagen positiva basada en valores personales, practicar el cuidado personal, y darse caprichos de vez en cuando puede ayudar a mitigar algunos de estos efectos negativos. Junto a ello, establecer límites saludables en el uso de las redes sociales, buscar actividades que fomenten el bienestar propio como el ejercicio físico y la práctica de hobbies, puede contribuir a mantener una perspectiva más equilibrada y saludable.
Entonces, “¿debo tener este cuerpo porque si no es terrible?”. La respuesta es muy simple, la vida no gira alrededor del cuerpo, ni tampoco nos trae facilidades y regalos como a los/as influencers simplemente por ser “guapos/as”. Así que, reflexionemos sobre ¿qué pasa cuando creemos que podemos “alcanzar” la belleza de las influencers?, ¿Cuándo creemos que siguiendo la alimentación y los consejos de preparadores físicos podremos tener su mismo cuerpo?… Y sobre todo, ¿Cuándo no distinguimos lo que es natural de lo que no?, y ¿Cuándo nos comparamos con otras personas?.
Referencias
López-Gil, J. F., García, A., Smith, L., Firth, J., Trott, M., Eumann, A., Jiménez, E., Gutiérrez, H., Tárraga, J., y Victoria, D. (2023). Global proportion of disordered eating in children and adolescents. A systematic review and meta-analysis. JAMA Pediatrics, 177(4), 363-372.
Bajaña M, S., y García, A. M. (2023). Uso de redes sociales y factores de riesgo para el desarrollo de trastornos relacionados con la alimentación en España: una revisión sistemática. Atención Primaria, 55(11), 1-10.
Post escrito por Marina Lizarralde Bilbao, psicóloga.
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