En estas fechas navideñas, muchas personas aprovechamos para pasar más tiempo con nuestros familiares más cercanos. Rompemos nuestra tendencia y añadimos personas a nuestra rutina.
Pero hay personas que les cuesta disfrutar de unos familiares o amigos a su lado. La soledad es uno de las principales factores predisponentes para la depresión y los sentimienos depresivos catastrofistas.
Cuando las personas no encontramos un sentido a nuestras vidas, cuando la monotonía y la rutina nos hacen tender a aislarnos, a repetir hábitos de conducta que no favorecen la socialización; es entonces cuando tenemos riesgo de vivir en soledad.
La depresión es uno de los principales trastornos de la salud para la sociedad occidental según la OMS para los próximos veinte años.
Los recursos personales para salir de esta soledad y abrirnos a otras personas, a otras rutinas, a nuevas experiencias, a actividades que en principio puede que no nos atraigan, pero que a la larga nos reportan bienestar están a nuestro alcance: la voluntad de cambiar nuestros hábitos. Las conductas que se salen de nuestra costumbre, nos producirán nuevas emociones y nuevas ideas, que a su vez facilitarán nuevas compañías.
En nuestras manos está, como tantas otras cosas… Las personas tenemos muchos más recursos personales de los que imaginamos. El acompañamiento terapéutico por un psicólogo es un recurso del que podemos hacer uso mientras caminamos hacia nuestras metas.