La actitud que tomemos en nuestro equipo de trabajo a la hora de relacionarnos, es fundamental para lograr una buena «convivencia laboral». El estilo conciliador es «la capacidad de tender puentes, arrastrar, comprometer (…) manifestar el honesto interés de los otros (…) compartir información, escuchar, resumir» (De Diego y Vallejo, 2006) y el estilo cooperativo es el que pretende llegar a puntos de satisfacción mutua.
No confundamos la cooperación, con el estilo distributivo en el que dividimos por la mitad el trabajo, repartimos funciones equitativamente, al 50%,… pero no encontramos satisfacción completa en esta estrategia…
Los acuerdos que se sustentan en una igualdad de «fastidios y de privilegios» no suelen sustentarse en el tiempo. Se acaban rompiendo.
Busquemos los puntos en común, los intereses soterrados en nuestros comentarios, y lleguemos a escenarios que de veras nos satisfagan…
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