Vaya mezcla. Pero es lo que hay hoy en día. Nuestros adolescentes están a un click de muchísima gente, de otros adolescentes como ellos; en ocasiones desorientados, en otras seguros… pero conviven todos en una «plaza virtual» muy accesible, y difícil de controlarla desde el mundo de los valores de los adultos que educamos.
Entonces… ¿cuál es la manera de evitar riesgos?, ¿cómo podemos hacer que no caigan en manos de depravados, desaprensivos…?
La manera ya está hecha. El trabajo ha sido hasta la adolescencia. Los valores ya han sido inculcados (o no) hasta los 12 años… y ellos y ellas saltan a la plaza pública por antonomasia y se defienden de personas con otras prioridades…
Padres y madres de adolescentes: llegamos tarde, pero podemos arreglarlo.
Padres y madres de niños/as: estamos a tiempo: eduquemos con cabeza y corazón.