Sorprendentemente volvemos a hablar de un «juego» que no tiene ni pizca de gracia. Entendemos que es algo muy poco habitual, pero queremos dar unas pautas claras para que las familias que se encuentren con que sus hijos lo juegan; puedan orientarles.
¿Te divierte ese juego?, ¿eres capaz de decir que no cuando algo no te gusta?, ¿sientes la necesidad de ser aceptado por el grupo y eso hace que hagas «lo que sea»?
Ante todo esto, dejemos los móviles (los de los adultos, digo), y escuchemos a nuestros hijos e hijas, pongámonos a su lado para que cosas como estas no pasen.