Las relaciones humanas siempre son complejas, pero podemos entenderlas, en parte, si tomamos en cuenta el siguiente esquema.
De esta manera, manejamos cuatro variables: amor (afecto), respeto, confianza e intereses ; que pueden cambiar según cómo nos sintamos con cada persona que nos rodea. Le daremos un valor imaginario. Si cada variable la situamos en cada vértice de una pirámide de cuatro lados; tendremos una imagen única para la relación que establecemos con cada persona. Una posición alta en la pirámide nos indicará un elevado estatus en dicha variable; y una baja, que creemos que esa persona no cumple demasiado con ese valor en relación a nosotros.
Estas medidas de cada variable, pueden cambiar con el tiempo; por lo que personas que tradicionalmente han estado «abajo», pueden subir y viceversa.
Como dice Rafael Ferro, Psicólogo Clínco del Centro CEDI Psicología en Granada, autor de esta idea: » la piramide es algo dinamico y las personas suben o bajan con las acciones que hagan en funcion de esos valores que forman las aristas. No siempre la pareja está en la cúspide. A veces, está tu mejor amigo con el que tienes más confianza que con tu pareja.»