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Trastornos Alimenticios: tonterías las justas

trastornos alimenticios

Actualmente son más visibles los problemas y posibles trastornos alimenticios, Ya que estamos más sensibilizados hacia ellos. Hace años se podía pensar que era cosa o tonterías de jóvenes, sobre todo de las mujeres en la época adolescente. Pero ahora sabemos que no, que es un problema grave que debemos atajarlo en cuanto se detecta.

Según el manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-IV-TR) de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría (APA), la prevalencia de la anorexia nerviosa es en mujeres de aproximadamente un 0,5%, en hombres es de una décima parte que de las mujeres. En el caso de la bulimia nerviosa entre la mujeres es aproximadamente del 1-3%, entre los hombres la prevalencia es diez veces menor.

Los síntomas de este tipo de trastornos son diversos. Algunos de ellos, pueden ser el miedo intenso a ganar peso, la alteración de la percepción de la silueta, atracones recurrentes, conductas compensatorias (provocación del vómito, ayuno…).

La detección precoz desde la familia y el entorno es fundamental para evitar la cronificación del trastorno y beneficiarse de un pronóstico favorable.

Cada vez se ofrecen tratamientos más integrales y multimodales (médico, psicoterapia…) para tratar este tipo de trastornos.

En el siguiente enlace podéis acceder a un documental que refleja el sufrimiento que presentan las personas que lo padecen.

En El Centro Delta Psicología estamos un equipo de profesionales capaz de abordar estas temáticas. Ponte en contacto con nosotros en el mail info@centrodelta.com y te atendremos lo antes posible.

Madre no hay más que una

madreLos cambios sociales, profesionales y laborales han provocado que la mujer asuma tantos roles como le es posible. Desde juez cuando sus hijos se pelean, enfermera cuando se ponen malos los hijos, profesora cuando toca explicar la lección… hasta cantante cuando el viaje en coche es largo. Todo ello con amor incondicional, dedicación, ternura, satisfacción, entrega…
Además, compaginar su propia profesión, rol de hija, de mujer, amiga, esposa,…

Ese es el concepto con el que nos hemos educado. La madre es esa persona incondicional que nunca te va a fallar.

Demasiados roles, exigencias y expectativas altísimas, que al final llevan a replicar el modelo de “mujeres orquesta” que tienen la sensación de estar en todo sin llegar a nada. Y cuando no llegan a todo se valoran a sí mismas de forma negativa.

Y como el día tiene 24h, es fácil no llegar a todo lo que esperábamos o el resto esperaba. Por ello conviene valorar la calidad y la cantidad. Debemos de reservar momentos para:

Proteger a los hijos con consejos, con argumentos, guiando, educando en valores. Pero dejando que ellos tomen decisiones, se caigan y se levanten.

Trabajar y tener aficiones forma parte de la plenitud de una persona.

Reservar tiempo, leer un rato sin que la interrumpan con voces desde otra habitación, practicar deporte o mantener una conversación privada con quien desee.

No renunciar a una cena romántica, a un paseo o a estar momentos a solas con marido o amigos.

Recordar darse valor no solo por la relación que mantiene con sus hijos. Una madre tiene valía por muchas otras cosas.

Miedo a volar tras Germanwings

miedo-a-volarEl miedo a volar puede aumentar tras catástrofes como la de Germanwings, ya que eleva nuestras expectativas negativas y de daño en situaciones similares que vivamos a continuación.

Pero también destacamos que dicho miedo es adaptativo, nos protege porque nos mantiene alerta y no debería bloquear nuestros planes de vuelo.

Tal y como hemos comentado a la agencia EFE recientemente (1/4/2015), y han publicado eldiario.es (2/4/15) y 20 minutos.es (4/4/15):

«También para Luis de la Herrán, psicólogo clínico y director del Centro Delta Psicología, la mejor recomendación es «que vuelen, que no cancelen los planes en avión que tengan, y comprueben por ellos mismos que no pasa nada. No conviene evitar situaciones que nos suscitan miedo para evitar daño cuando sabemos que ese daño no es objetivo».

De la Herrán ahonda en la única intervención psicoterapéutica con evidencia empírica demostrada en el miedo excesivo a volar, la terapia de exposición y afrontamiento.

Puede hacerse más o menos gradual y debe también ir acompañada de estrategias de control de la ansiedad, desactivación fisiológica y en algún caso puede ser interesante terapia con biofeedback.

Es necesario completar esa terapia con una reestructuración cognitiva para reordenar las ideas y pensamientos acerca de la situación de volar.

Una vez que ese miedo es controlable -en ningún caso desaparece-, la persona no suele necesitar más terapia, pues ya sabrá cómo hacer frente a esa situación temida.

Tendrá que repetirse eso de que estadísticamente es más seguro viajar en avión que en cualquier otro medio de transporte, incluso en bicicleta, y ser consciente de la vulnerabilidad que tenemos como personas y no vivir de espaldas a la muerte, al daño y al dolor. «Aceptar que la vida tiene dos caras, las del placer y la del dolor, concluye De la Herrán, nos ayudará a vivir más tranquilos».

Para leer la noticia completa, pinchar aquí.

¿Ayudo demasiado en los «deberes»?

deberes«Si me pusieran la nota a mí… ¡sacaría sobresalliente!» Muchas madres y padres firmarían esta afirmación. ¿Hasta qué punto debemos ayudar a nuestros hijos e hijas en sus tareas escolares?, ¿Cuándo es recomendable ir dejándoles solos?

Podemos hacer una pequeña división por edades. En el primer ciclo de primaria (1º y 2º) debemos ayudarles a que los traigan, se responsabilicen de los papeles y notas que traen y llevan en la mochila. Debemos estar encima de ellos/as para ir instaurando poco a poco el hábito. Es posible que necesiten que nos sentemos junto a ellos/as cuando están escribiendo y memorizando. Ratos cortos, no más de 15 minutos. Descansos. Y leer, leer y leer.

En el segundo y tercer ciclo de primaria (de 3º a 6º curso) deberían ponerse solos/as a hacer sus tareas. Sólo los debemos acompañar si hay alguna materia que les cuesta más o necesitan realmente nuestra guía. El resto, ellos solos.

En educación secundaria, los chavales deben planificar los tiempos que dedican a cada trozo de materia y asignatura. Deben repartir en un calendario los contenidos y el esfuerzo que dedican a cada uno; para poder utilizar más que nada su memoria a largo plazo. Aquí las familias debemos supervisar antes y después. Ellos solos.

Muy importante: debemos evitar, en general, los períodos de más de una hora sentados haciendo la misma tarea. Esto aburre a cualquiera, cansa, y disminuye su efectividad. Intercalar descansos cronometrados. Planificar.

Y sobre todo. leer, leer y leer.

POR QUÉ NOS CUESTA CAMBIAR

Nos solemos imaginar cambios en nuestras vidas, pensamos en los felices que seríamos si tuviéramos tal cosa, hábitos saludables o abandonáramos aquellos que tanto nos hacen sufrir, pero la realidad es que a las personas se nos hace realmente difícil cambiar ciertos hábitos.

¿Por qué? Podría ser tan sencillo como querer o desear hacer algo y hacerlo, por ejemplo querer dejar de fumar o hacer deporte y llevarlo a cabo.

Realizar cambios en nuestra vida significa entender el cambio como un proceso, por el cuA?l hay que pasar y en el que habrA? factores que lo determinen.

Uno de estos factores es el deseo/la intenciA?n de querer cambiar. A?Es la parte fundamental y el pilar mA?s importante dentro del proceso de cambio. Pero existen otros factores que tambiA?n nos afectan: la expectativa de autoeficacia. Es decir, creernos que realmente lo vamos a poder conseguir. En el ejemplo de dejar de fumar serA?a el pensar que voy a ser capaz de realizarlo.

Hay dos autores: Prochaska y Diclemente, que en los aA?os 80 crearon un modelo transteA?ricoA?A?para intentar comprender quA?, cA?mo, cuA?ndo y por quA? cambian las personas. El modelo explica cuA?ndo puede cambiar la gente. Y para ello, explica los diferentes estadios por los que pasar.

Dificultades para cambiar

Para alcanzar el A?xito en el cambio, resulta fundamental saber en quA? etapa te encuentras con relaciA?n al problema, con el fin de diseA?ar procedimientos especA?ficos que se adecuen a cada persona.

cambio

Depresión postparto, más habitual de lo que pensamos

depresión post parto

Muchas mujeres, aproximadamente el 80%, se sienten un poco llorosas, desanimadas e inseguras en el tercer o cuarto día tras el parto. Es el conocido «maternity blues» o depresión postparto leve que dura de unos 7 días y que pronto desaparece. Desde luego, muchas  se sienten cansadas y un poco desorganizadas cuando regresan a casa del hospital, pero generalmente controlan perfectamente la situación cuando pasa más o menos una semana.

Sin embargo, para  las madres con una depresión postparto las cosas empeoran día tras día. Muchas madres deprimidas no son conscientes de que tienen una enfermedad y se sienten avergonzadas de tener que admitir cómo les ha afectado su reciente maternidad. La sintomatología más frecuente:

  • Exceso o falta de apetito
  • Deseos de aislamiento o sentimientos de extrema soledad
  • Falta de energía.
  • Ansiedad, angustia, miedo.
  • Falta de interés en el autocuidado
  • Pensamientos relacionados con la muerte, ideas suicidas o autolesivas.
  • Hipo o hipersomnia (alteraciones del sueño).
  • Irritabilidad hacia la pareja y/o hacia los otros hijos.
  • Culpa.
  • Problemas de memoria
  • Dificultad para vincularse al bebé.
  • No desean quedarse solas con el bebé porque se perciben incapaces de cuidarlo.
  • Resentimientos hacia el bebé, lo culpan por la situación y a veces, piensan en hacerle daño.
  • Sobreprotección del bebé: la madre lo ve siempre como enfermo por lo que suele consultar con excesiva frecuencia al pediatra. Muchas veces, este es el único síntoma visible de una depresión silenciada por la madre.
  • Ideas de arrepentimiento del embarazo y nacimiento del niño.

 Es importante que si esta sintomatología perdura se consulte con  un especialista.

PA?NICO A CONDUCIR

amaxofobiaCada vez es mA?s conocida la fobia a conducir, tambiA?n llamada «amaxofobia».

Hay personas que despuA?s de obtener el carnA? de conducir se les hace casi imposible ponerse al volante. Sufren sA?ntomas de ansiedad y angustia, como por ejemplo; sA?ntomas fA?sicos; sudoraciA?n, taquicardia, temblores, mareo… TambiA?n se dan otros sA?ntomas psicolA?gicos; sensaciA?n de amenaza o peligro, preocupaciA?n…

Como en cualquier otro tipo de fobia existen tratamientos eficaces para superar el problema, entre otras estA?n las terapias cognitivo-conductuales que combinan diferentes tA?cnicas; exposiciA?n en vivo, reestructuraciA?n cognitiva, biofeedback, tA?cnicas de relajaciA?n, etc.

Desde Centro Delta PsicologA?a ofrecemos programas de tratamiento eficaces para superar este tipo de problemA?tica que tanto hace sufrir a quien la padece.

A continuaciA?n os dejamos un enlace a una noticia sobre la amaxofobia.

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Inteligencia emocional: Aprender a gestionar emociones

Cada vez está más en auge el concepto de «Inteligencia Emocional», y es que actualmente conocemos la importancia que tiene en las personas el aprender a gestionar sus emociones y sobre todo el hacerlo desde la infancia.

Desde hace un tiempo, en algunos centros escolares se están implantando programas específicos sobre inteligencia emocional, en los cuales, se trabaja por ejemplo; la adquisición de unas correctas habilidades sociales, el desarrollo de la capacidad de empatía, el control de las emociones negativas, resolución de conflictos…

En el programa de redes que os dejamos a continuación se puede ver todo ello de una manera más específica.

Desde Centro Delta Psicología estamos para enseñarte mayores cotas de inteligencia emocional. Contáctanos en en info@centrodelta.com

«Tengo miedo a contagiarme…» 5 Consejos claros.

centro delta psicología
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PRIMERO:

El miedo nos puede paralizar o hacer que hagamos cosas impensables. El miedo moderado es útil, porque pone a nuestro cuerpo en alerta ante el peligro; pero un exceso de miedo puede paralizarnos y envolvernos en una cadena de comportamientos evitativos que nos perjudiquen seriamente nuestra vida cotidiana y la de nuestros allegados.

SEGUNDO:

Datos: en Madrid hay una persona contagiada del virus ébola. Yo he pasado cerca de su casa; y he podido tocar la misma barandilla del parque que tocó esta persona. El virus ébola se transmite por contacto directo de fluidos corporales. En Liberia, Sierra Leona, … existen ya cerca de 4.000 personas fallecidas por el virus y miles más que han entrado en contacto con ellos y siguen vivos.

Más datos: en España mueren al año entre 10 y 15 personas por un rayo. La tasa de mortalidad por enfermedades cerebrovasculares: 95 por 100.000 habitantes/año. Y podría seguir… pero el problema no son los datos.

TERCERO:

Mi miedo va más allá: elucubra, anticipa, fantasea,… y mientras tanto siento malestar de estómago, dificultades para tragar, sudoración,… ¿tendré síntomas del ébola o tendré miedo?. El miedo es «libre», porque pertenece a nuestro sistema nervioso autónomo, que surge sin nuestro control voluntario. No podemos aconsejar «no tener miedo» porque viene a ser lo mismo que si le aconsejamos a alguien que baje su fiebre… Permítete tener miedo.

CUARTO:

Vida y muerte son dos caras de la misma moneda. Vivir de espaldas a la muerte es ingenuo; y sólo hablar de ella cuando llama a tu puerta… no es buena estrategia. La única certeza que tenemos los vivos es que nos vamos a morir; algunos con supuesta «fecha de caducidad» y otros con esa incógnita.

Y QUINTO:

Y una última cuestión: el miedo condicionado se controla afrontándolo: viajemos a Madrid, paseemos por Alcorcón tocando los bancos de los parques,… finalmente no nos pasará nada. Aprenderemos a controlar así nuestras emociones.

«Lo siento, no tengo tiempo…»

«La idea es buena, me vendrá bien, pero es que no tengo tiempo para eso».

Estamos tan ocupados en apagar fuegos, que no nos paramos a hacer cortafuegos, ni mucho menos hacer cursillos absurdos sobre cómo evitar riesgos de incendios… Eso es muy fácil: no prender fuego y ya está.

Siguiendo con el símil de lo que arde, parece que sólo tenemos tiempo de apagar llambomberoas: «hoy es el último día, luego pospongo lo demás«. ¿Y cuándo nos ocupamos de las brasas?: «algo de lo que le dije le sentó mal a mi compañero de trabajo, bueno, da igual, él verá…» ¿Y los cortafuegos?, en invierno habrá que pasar la desbrozadora: «me ofrecen un curso de pilates para destensar los músculos, tiene buena pinta,… pero no cabe en mi agenda; mejor me dedico a preparar la comida de mañana…»

Y así seguimos, como decía aquél: «eldiaadiamecome«; y no me deja ver más allá de mis narices…

Pero… ¡eureka! La raza humana sigue sorprediéndonos… y tras una crisis, tras tocar fondo de alguna manera, o por miedo a las consecuencias, para evitar mayor conflicto… paramos, nos cuidamos, nos dedicamos tiempo, escuchamos a nuestro cuerpo, a sus señales. Y vemos que hemos de hacer pequeñas reparaciones: destensar músculos, rehabilitar cuello, dormir mejor, conseguir digestiones más ligeras,…

Y así vamos, con una de cal y dos de arena… Pero el que lo prueba repite. Si paramos, repensamos nuestros tiempos, nuestros ritmos, nuestras prioridades, nuestras decisiones al fin y al cabo; nos dedicaremos un poquito más de tiempo para nosotros y repercutirá, siempre, en nuestros seres queridos.