La ira en los adolescentes. Lo que funciona y lo que no.

El enfado es un sentimiento adaptativo que nos sirve para enfrentarnos a las dificultades y defender nuestros derechos cuando sentimos que debemos hacerlo.

La ira es una expresión del enfado de manera desmedida y que probablemente facilita que los que nos observan, se enfrenten a nosotros y, por tanto, perdamos posibilidades de defender nuestros derechos y nuestros intereses.

Cuando los padres nos enfrentamos a nuestro hijo con un arrebato de ira, debemos tener en cuenta, de manera genérica, que existen actitudes y comportamientos que habitualmente NO funcionan:

  1. “Contar hasta diez”
  2. “Pídele perdón a tu hermano»
  3. Ironía y sarcasmo
  4. “Daos la mano”
  5. Querer GANAR a toda costa
  6. Apelar al PODER con VIOLENCIA
  7. CEDER para evitar males mayores
  8. Anticipar antes de que pase: profecía autocumplidora
  9. Dar muestras de debilidad
  10. “Piensa sobre lo que has hecho”, “haz la tesis de filosofía sobre lo sucedido, y me la cuentas…”.
  11. Buscar LA razón, LA verdad y DARLA
  12. Preguntar sobre HECHOS, DATOS, QUIÉN EMPEZÓ,…
  13. “Olvídalo, eso NO es importante…”
  14. Estar enfadados desde el minuto cero. “Sospecha que acertarás”
  15. Intentar ganar batallas perdidas
  16. Pedir más de lo que puede dar
  17. Entrar a demasiadas explicaciones y justificaciones
  18. “Yo a tu edad…”
  19. “A mí no me daban tanto como a ti…”
  20. “Pues tu hermano con tu edad…”
  21. “Mira tu prima Genoveva…”.

Por el contrario, SI suelen funcionar abordajes del estilo de:

  1. Frases directas
  2. Descripción periodística de lo que ves
  3. Expresión de nuestras emociones
  4. Marcharnos en caliente (huir = vencer); retomar en frío.
  5. Modelado: hacer lo que decimos; coherencia palabras / actos.
  6. Actividades distractivas potentes
  7. Hablar pasada la tormenta
  8. Mantener la autoridad: firmeza aunque no hagan caso
  9. Humor (condición: reírse los dos)
  10. Preguntar sobre sentimientos y opiniones: ¿Cómo te sientes?, ¿qué crees que es mejor ahora?, ¿cómo podemos arreglarlo?, ¿cuál es TU responsabilidad en esto?.
  11. Nuestro lenguaje interno: “lo puedo conseguir”, “es un buen chico/a”, “está pasando una mala época”, “necesita mi ayuda”, “tengo que marcarle límites para que se sienta seguro”, “es normal que se rebele”, “si le quiero y le digo que no, estoy haciendo lo correcto”.
  12. Respiración abdominal
  13. Relajación muscular profunda – Jacobson
  14. Relajación autógena
  15. Desactivación física
  16. Visualizaciones de escenarios positivos y deseables: regodearse en futuros esperanzadores, ¿y por qué no?
  17. Extinción de la función de la conducta: no entrarles “al trapo”, “dejar pasar la bola”, “no picar”,… si buscan el enfrentamiento.
  18. A mayor tranquilidad de padre y madre, menor índice de enfados en hijos/as
  19. Actividades de “respiro”
  20. Vuestro hijo/a no lo es TODO en vuestra vida
  21. Ser modelos de autocontrol
  22. Creer firmemente que el CAMBIO es posible; en ellos/as y en nosotros
  23. Compartir complicidades.
  24. “Soy tu padre/madre, soy mayor que tú y te quiero. Estás castigado/a sin salir mañana”
  25. “Te dejo que te enfades, quiero que te enfades, te quiero y estás castigado/a”
  26. “Yo nací antes que tú”
  27. “No soy tu colega, ni tu vieja/o, soy tu madre/padre y me llamarás Aita / Ama”
  28. “Si me equivoco, te pediré disculpas; no soy infalible”
  29. “Estás muy cabreado/a, ahora no podremos seguir hablando”.
  30. “Mi papel es ponerte límites y quererte. Esto no te lo dejo hacer porque te quiero”
  31. “Ahora no es un buen momento para hablar, mañana seguiremos con el tema”
  32. “Llevas 25 minutos gritando sin parar, me siento muy harta de esta situación”
  33. “No entro en la vida de tus amigos/as ni en lo que hacen o dicen sus padres. Yo pongo las normas en esta casa porque te quiero”

Afrontar los miedos

Ante el miedo nuestro cuerpo reacciona utilizando todos los recursos corporales más primitivos y compartidos por muchos animales para hacer frente a la demanda de manera instantánea. De hecho, las zonas del cerebro que se activan con el miedo las compartimos con muchos animales, incluso reptiles.

Pero el tiempo de reacción del miedo es limitado. Es decir, que no «podemos» sentir miedo durante mucho tiempo y muy intensamente, porque nuestro cuerpo se agotaría y comenzarían a aparecer consecuencias derivadas de ello: ansiedad, depresión, fobias, falta de control de los impulsos, iritabilidad, ataques de ansiedad, etc.

Existen dos tipos de miedos. Ambos tipos experimentan el mismo tipo de sensaciones físicas y reacciones fisiológicas de nuestro sistema nervioso autónomo.

Los miedos «tipo 1» son los referidos a aquellas circunstancias externas que ponen en riesgo nuestra integridad física de una manera evidente. Por ejemplo. miedo a las alturas, a las pistolas, a los cuchillos, a ciertos animales peligrosos, a saltar desde lugares elevados, … Estos miedos se «solucionan» evitando el contexto elicitador que los provoca.

Los miedos «tipo 2» son los miedos aprendidos. Aquellas situaciones ante las que nuestra razón nos dice que no deberíamos reaccionar así; pero ante las que nos paralizamos o salimos corriendo. Por ejemplo: hablar en público, que te critiquen, los ascensores, los aviones, etc, etc. La diversidad puede tan amplia como situaciones existentes.

La manera más acertada de abordar este segundo tipo es afrontándolos. Cada vez que afrontamos un miedo tipo 2, estamos enseñando a nuestro cerebro a dejar de responder con reacciones de miedo a algo que no nos está haciendo un daño objetivo; y cada vez que reaccionamos huyendo o evitando, estaremos reforzando la respuesta de miedo. En nuestras manos está. ¡Y estas decisiones las toma el sistema nervioso central!

Poner límites y decir que no, es quererles.

Los dos abordajes educativos más imprescindibles para una sana educación emocional hacia nuestros hijos son dos: quererles y decirles que no. La primera actitud va casi implícita en nuestro papel de padres y madres, parece sencilla. La segunda es más complicada.

Negar algo, oponernos a sus deseos es «para Master». Los padres y madres frecuentemente pensamos que negar algo a un hijo favorece sentimientos de frustración, dolor, daño y desesperanza que… «pudiendo evitarse…», «…si total… no me cuesta nada…» «…por un día…»

Y no nos damos cuenta que los niños y niñas poseen una capacidad de tolerancia a la frustración superior de lo que imaginamos. Los profesores así lo pueden atestiguar. En más de 14 años de trabajo como psicólogo con familias, nunca me he encontrado un niño o niña con problemas emocionales derivados de un límite impuesto por sus padres; es más, cuando existen unos límites claros que son innegociables (no olvidemos que la familia es una institución no-democrática en la que se deja margen de acción, pero las decisiones importantes, las toman los padres), cuando existen esos límites,los hijos se sienten más seguros: tienen una referencia clara en la que apoyarse o contra la que luchar, pero es clara, es definida. Y eso ayuda mucho al desarrollo de la salud psicológica de los hijos.

Debemos también distinguir estrategia de emoción. Llorar para conseguir evitar el bocadillo de salchichón no es expresión de una tristeza y dolor intensos; sino una estrategia, una herramuenta, una «treta» (si queremos involuntaria y no premeditada; pero trate al fin y al cabo) para avanzar hacia un escenario inmediatemente mejor que el que dejan llorando.

Por eso , los padres y madres debemos tener bien claro que cuando le negamos algo a nuestros hijos; y ellos protestan; algo estamos haciendo correctamente.

Impacto de la crisis en la salud mental. Informe de la OMS.

La Oficina Regional de Europa de la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2011) acaba de publicar un informe sobre el impacto de la crisis económica sobre la salud mental de los ciudadanos europeos.

En él se porponen líneas de actuación estratégicas como la mejora de los servicios de acceso a los profesionales de la salud y la política activa de mercados de trabajo. En él también se refleja que la demanda de servicios de salud mental ha aumentado, y los recursos de las instituciones han disminuido.

Algunas de las problemáticas que han crecido más son los trastornos relacionados con consumo de alcohol, la depresión y el suicidio.

Para consultar el informe conpleto, pinchar aquí (en inglés)

Este informe, titulado Impact of economic crises on mental health, pretende concienciar sobre la importancia de invertir en salud mental, así como establece las líneas estratégicas de acción que los países deben poner en marcha para mitigar los efectos de la situación actual de recesión sobre la incidencia de problemas de salud mental en la población.

La mediación como herramienta para «deshinchar» conflictos

La mediación es una herramienta que nos sirve para desescalar, «deshinchar» o reducir la intensidad de un conflicto entre dos personas: mejora la convivencia y la comunicación.

Pero han de cumplirse unos requisitos previos y estar dirigida por un profesional de la mediación.

Pero escuchemos la noticia en TVE (7/2/2012)

http://www.rtve.es/alacarta/videos/telediario/proceso-mediacion-familiar-alternativa-menos-traumatica-via-judicial-para-solucionar-discordias/1316042/

 

 

El Hospital Reina Sofía edita una guía informativa para padres sobre trastorno por déficit de atención con hiperactividad.

El Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba (Ed. Glossa, 2011), ha editado una Guía para padres y educadores sobre el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad TDA-H

En ella se recogen los planteamientos teóricos de diagnóstico e incidencia, para más adelante proponer unas pautas concretas de actuación para padres y profesores; basadas en autores de tanto prestigio en este tema como Ana Miranda o Isabel Orjales.

Entre las recomendaciones, podemos encontrar elementos tan interesantes y útiles con estos niños y niña como las autoinstrucciones, la «técnica de la tortuga», el juego del «pollito inglés» (también conocido como «un dos tres cara bim bom ban»), proporcionar normas estables claras, cortas y concisas, el «tiempo fuera», la extinción o las consecuencias naturales.

Merece la pena leerse esta guía, de tan solo 31 páginas.

94 424 19 60 / Psicólogos en Bilbao.