Gracias a una enmienda del Senado aprobada por las cortes el 22 de septiembre de 2011 sobre la regulación de la psicología en el ámbito sanitario, los psicólogos ya somos reconocidos como profesionales sanitarios. Si te interesa el debate político, puedes leerlo de las páginas 45 a 52 pinchando aquí.
Muchos psicólogos llevamos luchando años por este reconocimiento (colegios profesionales, universidades, asocaciones, estudiantes, etc.) y nos congratulamos por ello.
Este reconocimiento nos ayuda a dignificar y asentar nuestra profesión en la sociedad.
Nuestra tarea profesional, como psicólogos clínicos (reconocidos con título oficial o no) consiste en contribuir a que las personas mejoren su salud mental, consigan un mayor bienestar en lo que respecta a sus emociones, sus pensamientos y sus interacciones con los demás. Los psicólogos y las psicólogas trabajamos para que sean las propias personas las que dirijan sus vidas, recuperen el control y sepan manejar su bienestar.
Se trata de una actividad, la nuestra, controvertida en ocasiones, porque aún no somos capaces de mostrar a sociedad la unívoca metodología científica para lograr dichos objetivos.
Los psicólogos somos sanitarios porque contribuimos a mejorar la salud de las personas; y nuestro sistema para conseguirlo, debe estar basado en evidencias empíricas. Nuestra tarea debe ser transparente y nuestros métodos contrastados.
Enhorabuena a todos los colegas de profesión. Ahora nos queda el camino del reconocimiento profesional a los y las que llevan trabajando años y que no han pasado el arbitrario filtro administrativo del título de especialista en psicología clínica emitido por las administraciones públicas de manera tan vergonzosa en estos últimos años.