Parece que hay momentos en los que nos cuesta dar nuestro brazo a torcer o simplemente variar nuestra opinión. En ocasiones la inflexibilidad del pensamiento se asocia con las personas mayores de 65 años, pero no siempre es así.
Existen psicopatologías que cursan con unas ideas fijas y rígidas como los trastornos del espectro autista TEA.
Pero en la población no clínica vemos que en ocasiones somos muy «cabezotas». ¿Por qué?
Probablemente miedo al cambio, miedo a lo desconocido. Sentimos inseguridad por el nuevo lugar mental al que nos dirigimos; y preferimos seguir en nuestra «vieja» posición conocida, aunque poco adaptada, es «la nuestra, la de siempre».
Ultimamente hemos visto en los medios de comunicación que mucha gente vuelve a estas posturas, por miedo a las aventuras…
El domingo 20 de marzo es el Día de la Felicidad, así, con mayúsculas. Y para conmemorarlo vamos a explicar cuál es la receta para conseguir la felicidad.
INGREDIENTES:
– 500 gr de Experiencias vitales críticas, es decir, potencialmente negativas (¡Pues sí que empezamos bien…!)
– 500 gr de Experiencias vitales reconfortantes, potencialmente positivas (¡Ah, vale, ya pensaba que se habían equivocado…!)
– 1 Kg de sentido de la vida, a poder ser en grano. (¡¿sentido de qué?!)
– Una cucharada sopera de placer físico, reconfortante en el cuerpo, directamente. Se echa sin miramientos a la vida para darle sabor. (Mmmm eso me gusta)
– Un ramillete de experiencias fluidas, a poder ser que cuesten esfuerzo y cansancio, pero que le hagan sentir útil, con poder, con sensación de trabajo bien realizado y que le hagan perder el sentido del tiempo (vaya, eso cuesta esfuerzo…)
– Unas hojas de pertenencia a algo superior a usted. Debes echar, cuando esté todo hirviendo, la sensación de que es parte de algo a lo que pertenece. Puede ser un grupo social de referencia, una percepción de algo más allá de lo mundano. Condimentar al gusto. (Pues esto va a ser más difícil de hacer, tengo que ver cómo me sitúo yo en el mundo…).
PREPARACIÓN:
Se mezclan las experiencias positivas con las negativas. Se revuelve todo bien hasta que esté a punto de nieve. Se deja reposar media hora, el tiempo justo para decidir si nos centramos más en las positivas o en las negativas.
Si no tuviéramos a mano experiencias positivas, algo pasa en el supermercado de abajo de casa… No puede ser. Estaremos utilizando las gafas inadecuadas para ver en las estanterías de ese maldito supermercado… Colóquese otras gafas, las del optimismo, y comience a ver que probablemente algunos productos que considera negativos, no lo sean tanto, y le hayan ayudado a valorar mejor la vida, ¡caramba!
Si lo que no encuentra en el supermercado son experiencias negativas, vuelva a casa y enciérrese en el lavabo. Mírese al espejo. Usted es cada vez más viejo y la muerte está más cerca. Si con esto no desespera, padece usted un síndrome aún no aceptado por la comunidad científica internacional, y que poca gente padece: «desconexión ilusa de la realidad». Así no puede usted vivir. Debe aceptar que en la vida siempre hay cosas buenas y malas. Su príncipe azul acabará destiñendo. No se deprima, es normal. A la tercera vez que lo lave quedará con un color azul cielo combinable con el resto de su fondo de armario. Ideal.
Cuando haya recopilado igual cantidad de experiencias buenas y malas, mezcle todo bien de nuevo con esfuerzo (¡Y dale con el esfuerzo…!). Es importante que aprenda de las experiencias negativas, porque incluso ésas le harán ver que la vida merece la pena vivirla, y le ensenarán el SENTIDO que debe escoger para vivirla. Debe buscar incansablemente por las tiendas cercanas a su casa, y a poder ser también por los hospitales, PARA QUÉ está usted en esta vida: si puesto por el ayuntamiento o para algún fin que le motive. En el segundo caso, récelo tres veces, como Bitelchús y siga con la receta. En caso contrario, espere hasta que encuentre el sentido a su vida. Puede llevarle años, pero merece la pena. No se preocupe por la caducidad de los ingredientes mientras espera frente al horno abierto: no caducan.
Añada, unas gotas de sudor y lágrimas producidas por las experiencias que le hacen a usted fluir y que le recuerdo que le hicieron sudar: cansan. Si no tuviera, siempre puede echar un anca de rana, de las que habitualmente tenemos en la cocina; le da el mismo sabor.
Por último, meta todo al horno durante 5 ó 6 años, hasta que se de cuenta que la felicidad de aprende, no se siente o hasta que esté dorado.
Una vez pasado ese tiempo, nunca antes, decórelo con la sensación de pertenencia a algo superior a usted. Debe espolvorearlo con delicadeza, pues este tipo de experiencias son muy volátiles y no se venden en supermercados, ha de fabricarlas usted mismo o encontrarlas observando a los demás.
PRESENTACIÓN:
Por último y no menos importante, preséntelo en una mesa grande con las personas a las que quiere y las que le quieran. El resto no es que no esté invitada, es que nunca se enteró de que estaba cocinando su propia felicidad. Evite invitar a gilipollas esféricos, son tontos se miren por donde se miren y hacen que el pastel no suba.
¡Disfrute!
El domingo día 20 de marzo de 2016 nos encontrarás en la contaportada del diario DEIA hablando de la Felicidad, pero más en serio… Je je je…
PD. DESDE EL CENTRO DELTA PSICOLOGÍA QUEREMOS PONER UNA NOTA DE HUMOR A ESTE DÍA, PORQUE LA RISA, AUNQUE NO VAYA EL LA RECETA, DEBE ESTAR SIEMPRE PRESENTE EN EL COCINERO
Nos presentamos a un concurso de presentaciones en PREZI. Concursamos con una presentación de una charla a familias sobre cómo podemos controlar la ira, el enfado, tanto en nosotros mismos como en nuestros hijos/as.
Esta presentación ya ha tenido más de 300 visitas…
…y de paso echa un vistazo… a ver si te podemos aportar alguna idea que rebaje la tensión familiar en esos momentos tan… tan… cómo diría yo… ¡tan cansados!
El miedo a volar puede aumentar tras catástrofes como la de Germanwings, ya que eleva nuestras expectativas negativas y de daño en situaciones similares que vivamos a continuación.
Pero también destacamos que dicho miedo es adaptativo, nos protege porque nos mantiene alerta y no debería bloquear nuestros planes de vuelo.
Tal y como hemos comentado a la agencia EFE recientemente (1/4/2015), y han publicado eldiario.es (2/4/15) y 20 minutos.es (4/4/15):
«También para Luis de la Herrán, psicólogo clínico y director del Centro Delta Psicología, la mejor recomendación es «que vuelen, que no cancelen los planes en avión que tengan, y comprueben por ellos mismos que no pasa nada. No conviene evitar situaciones que nos suscitan miedo para evitar daño cuando sabemos que ese daño no es objetivo».
De la Herrán ahonda en la única intervención psicoterapéutica con evidencia empírica demostrada en el miedo excesivo a volar, la terapia de exposición y afrontamiento.
Puede hacerse más o menos gradual y debe también ir acompañada de estrategias de control de la ansiedad, desactivación fisiológica y en algún caso puede ser interesante terapia con biofeedback.
Es necesario completar esa terapia con una reestructuración cognitiva para reordenar las ideas y pensamientos acerca de la situación de volar.
Una vez que ese miedo es controlable -en ningún caso desaparece-, la persona no suele necesitar más terapia, pues ya sabrá cómo hacer frente a esa situación temida.
Tendrá que repetirse eso de que estadísticamente es más seguro viajar en avión que en cualquier otro medio de transporte, incluso en bicicleta, y ser consciente de la vulnerabilidad que tenemos como personas y no vivir de espaldas a la muerte, al daño y al dolor. «Aceptar que la vida tiene dos caras, las del placer y la del dolor, concluye De la Herrán, nos ayudará a vivir más tranquilos».
Son muchas las lecturas que nos pueden servir de gran ayuda. En especial, los libros de autoayuda suelen ser útiles para aprender a conocernos mejor y predisponernos a un proceso de cambio.
Hoy comenzamos la ESCUELA DE PADRES Y MADRES en el Colegio Jesuitas de Bilbao. Serán 5 grupos de madres y padres interesados en aprender técnicas, compartir experiencias, aprender maneras, descartar sistemas, sentirse acompañado… en todo lo relativo a la educación de sus hijos e hijas.
Estaremos hasta el mes de mayo, y será, seguro, una experiencia muy gratificante para todos y todas. ¡OS ESPERAMOS!
Luis de la Herrán, Cristina Núñez y Estíbaliz Lancho
El equipo del Centro Delta Psicología presenta hoy la escuela de padres y madres para las familias del Colegio de Jesuitas, en Indautxu (Bilbao).
(Primaria y secundaria. Sala de reuniones del edificio entre patios, 26/11/14 a las 19:00h)
Crearemos grupos de padres y madres con hijos en edades similares, para informar sobre los aspectos más importantes relativos a su desarrollo evolutivo y proponer herramientas eficaces para su educación.
Además, queremos que sea un punto de encuentro entre las familias, que entre todos vosotros y vosotras podáis aportaros todo lo que sabéis, vuestras experiencias, sabiduría,… y os sintáis más acompañados en la tarea de ser padres y madres.
Aquí os dejamos un enlace con la presentación de hoy, para el que la quiera ver.
Ante las crisis personales o ambientales, parece que «lo que toca» es deprimirse, hundirse, venirse abajo,… y en muchas ocasiones así es. Pero en otras no sólo no lo es; sino que dichas crisis nos sirven para crecer, salir más adaptados, más luchadores y mejor personas.
La investigadora Emmy Werner, allá por finales de la década de 1970, publicó una investigación realizada a lo largo de 18 años, en una isla de Hawai (Kauai) en la que investigó qué variables influían en la vida de 660 niños cuya situación ambiental y personal era, a todas luces desastrosa: pobreza, falta de cuidados, violencia, etc. y descubrió para su sorpresa que el 30% de estos niños, al final del estudio ya adultos, eran «invulnerables» a esta situación potencialmente tan dañina. ¿Por qué?.
Fundamentalmente, según Werner, por vivir con un adulto de referencia que les aportaba cariño y seguridad. Pero había algo más que compartían todas esas personas:
1- Autoestima consistente, basada en lo que ellos eran; no en lo que hacían
2- Introspección: capacidad de conocerse a sí mismos, de darse cuenta de sus virtudes, fallos, emociones,…
3- Independencia: no necesitar a los demás para tomar iniciativas
4- Capacidad de relacionarse: habilidad para comunicarse efectivamente con las personas que les rodean
5- Iniciativa: habilidad para ir por delante en la propuesta de acciones a tomar
6- Humor: saber reírse de lo que acontece y de uno mismo
7- Creatividad: inventar, relacionar dos aspectos nuevos entre sí.
8- Moralidad: poseer valores y principios que guían su comportamiento
y 9- Pensamiento Crítico: poner en duda las verdades establecidas y ponerlas a prueba.
Una granizada en la playa, viajar con un adolescente de morros, compartir casa con los cuñados… Las vacaciones no son tan idílicas como en los folletos. El psicólogo Luis de la Herrán explica cómo disfrutarlas sin morir en el intento
No es cuestión de amargarles las vacaciones, pero deberían ir haciéndose a la idea de que no sonreirán tanto como en los catálogos de las agencias. Vuelos retrasados, discusiones con la pareja, apartamentos a precio de palacete, niños que se asilvestran… “Quien crea que las vacaciones son absolutamente disfrute tiene un problema”, avisa el psicólogo clínico Luis de la Herrán, quien ofrece las claves para afrontar los contratiempos veraniegos y disfrutar en familia.
“No hay que hacer todo juntos como Pin y Pon”
Ni las caravanas kilométricas ni los errores en las reservas. Una de las mayores fuentes de estrés en vacaciones, dice Luis de la Herrán, es la propia familia, con la que se comparte más tiempo del habitual. “Las parejas coinciden mucho más y tienen que tomar (…)
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