La vida va pasando y los ciclos se van cumpliendo. El rápido acceso a toda la información que ya está «trabajada» por otros antes que nosotros, pone al alcance de nuestros dedos tantos datos que la tentación de evitar el esfuerzo hace que cortemos y peguemos en exceso.
¿Dónde queda la creatividad frente al folio en blanco?, ¿dónde está la expresión de ideas que ya duermen en nuestros cerebros y que salen mezcladas y relacionadas de manera creativa gracias a nuestro esfuerzo?
Incluso los egipcios de la antigüedad afirmaban que las generaciones venideras darían al traste con el sistema social que imperaba; por ser muy alocadas e irreflexivas. Siempre pasa lo mismo: todas las generaciones pensamos que la siguiente no sabrá estar a la altura… y luego el mundo sigue.
Aún así, desde esta pequeña tribuna abogo por reservar espacios a la creatividad personal, al esfuerzo propio y a la producción de productos de conducta personales y únicos. Dejemos huella.